17 enero 2018

Los partes de dirección (We 💗 Paperwork!)

Ay, qué profesión tan fascinante la nuestra y qué de cosas me quedan por contaros. Y otras tantas por matizar y ampliar. Y así, estaba yo dándole vueltas a cómo retomar esto después de tanto tiempo, y me he dado cuenta de que todavía no os he explicado nada de los partes de dirección. Pues bien, si la Orden de Rodaje era nuestro B.O.E., una biblia de lo que tiene que pasar cada día, los partes de dirección son lo que ha pasado realmente. 

La forma de plasmar esa realidad varía ligeramente entre formatos, pero a grandes rasgos, incluirá lo siguiente:
  • Sobre lo marcado en la orden: qué horario hemos hecho, qué se ha rodado y qué no.
  • A qué hora real han llegado actores, a qué hora se han procesado, cuándo han llegado a set, a qué hora han acabado, a qué hora se han ido, etc.
  • Esos mismos datos (pero más resumidos) sobre figuración, especialistas, dobles, vehículos de acción, etc.
  • Observaciones e incidencias. O lo que es lo mismo: dramas. Sólo cosas relevantes.

Este documento se hace diariamente. Dependiendo del nivel de vieja escuela, se hace a mano y se archiva todos los días en una carpeta, que se queda a mano para consultas y se entrega a fin de rodaje para el cierre. Y si somos más modernos y prácticos, se hace a ordenador y se envía por email. Lo ideal es mandarlo a la mañana siguiente, aunque a veces te lo pedirán en bloques semanales o, especialmente en publicidad, todos juntos cuando hayáis acabado el rodaje.

¿Y a quién le enviamos esto? A Producción (director de producción, jefe y ayudantes), al primero de dirección y en ocasiones a contabilidad. Personalmente, también lo subo a carpeta compartida por Drive (lo prefiero a Dropbox), junto con el resto de documentos que voy actualizando. Y como trabajemos con SetKeeper ya me muero de amor.

¡Chan, chan! He dicho que se lo enviemos al primero de dirección. ¿Porqué? Porque el encargado de hacer el parte es el segundo de dirección (normalmente el de papeles), contando con la inestimable ayuda de sus compinches, que van a apuntando en su Orden todas esas horas “reales” y se las comunican al segundo.

Para esto lo más cómodo hoy en día es crear un grupo de WhatsApp de dirección. Así cuando llega un actor, por ejemplo, se canta por walkie y se escribe en el grupo para que quede constancia. Recomendación de amiga: cuando escribáis algo, poned la hora que es (ejemplo: Alex listo 10:32h). WhatsApp es muy práctico pero el mensaje puede llegar más tarde, creando incoherencias. Y por favor: usadlo única y exclusivamente para cosas realmente de trabajo y que importen a todos. Tonterías y cadenas del demonio, en otros grupos. Y como siempre, broncas y llamadas de atención: en privado.

Y ahora sí, podemos ir viendo plantillas y diferencias entre formatos:

PUBLICIDAD

Quizá sea el formato en el que más importancia tienen estos documentos, porque son proyectos muy breves, muy caros y en los que se echan muchas, muchas horas. Y por cierto, aquí la mayoría lo llama “raport”, con a, y marcando mucho la erre inicial. Yo siempre he pensado que es una pronunciación cerrada del inglés “report”, pero me encantará si alguien me lo aclarara. 

En cualquier caso, es responsabilidad de dirección hacer estos informes desde el primer momento, incluyendo las jornadas de fittings. Aquí tenéis un par de ejemplos sencillitos (click en la imagen para ampliar):

 

Como veréis, en publicidad la información de actores/modelos y figuración suele ser breve, limitándose a incluir recogida – llegada a la localización – fin(wrap)/salida de la localización. A veces se incluye también el cálculo del total de horas que han estado con nosotros, para que producción vea de un vistazo rápido si tenemos que pagar horas extra.

BOOM. Horas extra. Esto afecta especialmente en publicidad, pero es aplicable a cualquier tipo de proyecto. Si estás de segundo, por favor, avisa con cierto margen al primero de que “a las 16.00h entramos en horas con Laura”. Tú tienes que saber por cuántas horas están contratados (pregunta a producción), porque si estuvierais pinchando habrá que negociarlo, y probablemente te pidan que priorices para acabar cuanto antes los planos de la tal Laura.

Veréis que uno de los ejemplos tiene muchos más datos que el otro. Esto va en base a lo que hayamos acordado con producción: lo más habitual es que tengamos que aportar nosotros datos como la hora del primer motor (primera toma del día), el corte de comida (o si ha sido running, o si algún departamento ha cortado a una hora distinta), además de la hora de fin de jornada, etc. Y aunque a veces se encarga directamente producción (maravilla), otras veces también nos toca apuntar a nosotros las horas del equipo técnico. La de inicio es su citación de la orden, y la de fin pídesela a alguien de cada departamento al día siguiente, por si han tenido recogida o lo que fuera.

SERIES DE TELEVISIÓN

En series de televisión a veces se llama “cierre de orden”, y se parece poco a lo de publicidad y mucho a lo de cine. Por ejemplo, en lugar de poner día tal de tantos, se pone el número de orden y la unidad junto a la fecha. También debe aparecer el horario (inicio es la citación general, fin es el fin real de jornada), el corte de comida y bocata, las secuencias rodadas y las caídas (ay), y el número de páginas hechas (se ruedan más páginas por día, y si es una diaria ya ni te cuento). Y el horario de los actores y a veces de la figuración, pero NO el horario de los técnicos, de eso se encargará producción. Sí incluiremos siempre, observaciones o incidencias por parte de dirección. Os dejo aquí una plantilla básica: 


Inciso: si en la serie en la que estás esto no fuera suficiente para producción, pásate directamente al formato de cine.

CINE

Viene a ser un híbrido de los dos anteriores, pero dependiendo del tipo de película en la que estés, la información tendrá que ser más detallada. Puede pasar, sobre todo en producciones más gordas, que la propia productora tenga una plantilla para unificar los partes de producción-dirección-script, de forma que tú sólo rellenes una parte y ellos tengan todo junto, en lugar de tener que consultar cinco documentos para saber qué pasó ayer (lo cual es muy de agradecer). 

Si no es así y te piden que lo hagas por tu cuenta, esto es lo que a mi juicio deberías incluir:


Aclaro aquí el nivel de detalle de los actores:
  • La hora de recogida es la que marcara la orden, salvo que el conductor te diga que el actor ha bajado antes o después. Si no ha bajado a su hora créeme, te lo harán saber. Pero si se diera el caso de que su llegada no te cuadra y no te han dicho nada, pregunta. No te lo inventes.
  • La hora de llegada y la hora de entrar en maquillaje/vestuario puede coincidir, o no. Forma parte de nuestros acuerdos con los actores y la organización interna: si te llegan a la vez, igual conviene que unos desayunen antes de entrar a procesos, y otros lo hagan cuando ya estén listos. También sirve para identificar al típico que merodea por el mundo y vuelve locos a los auxiliares (siempre hay uno así al principio, lo suyo es que lleguéis a un punto de entendimiento y al final seguro que hasta os cogéis cariño).
  • Lo mismo sucede con la posible diferencia entre la hora a la que están listos, y la hora a la que llegan al set. Puede que esté listo pero le toque esperar porque vamos con retraso en rodaje, o porque procesos ha volado, por ejemplo. Consejo: si estás en una peli en la que el campamento base esté lejos del set, añade una columna más entre el “listos” y el “en set”, anotando a qué hora se suben a la furgo para ir hacia allá. Tener esos minutos controlados te ahorrará muchas esperas molestas.
  • Su hora de fin es la hora a la que se les libera en el set de rodaje, el momento de “Fulanito ha acabado por hoy”. Desde entonces tendrá que volver a campamento base y des-procesarse (dejar de ir de personaje y pasar a ser su persona). Y de ahí la diferencia con respecto al “se va”, que es la hora a la que se sube al coche para irse a su casa. La hora a la que ha llegado a “casa”, la puedes calcular porque sabes dónde vive, o pregúntaselo al conductor.

Y lo más importante: ¿para qué sirve todo esto? Para tener controlado que realmente se esté cumpliendo con lo pactado: que la duración de las jornadas sea razonable; que los cortes de comida no estén ni demasiado separados ni demasiado juntos entre sí; que se esté descontando el tiempo necesario de la jornada si tenemos traslados largos; que podamos ir regulando los tiempos de procesos si estamos tardando más o menos de lo previsto, etc.

En definitiva, estos partes son una herramienta maravillosa de control y autorregulación, porque facilitan mucho el identificar los fallos, pudiendo corregirlos antes de que se enquisten y generen malos rollos. Todos estos datos afectan a la contabilidad de la película, y sobre todo al estado anímico del equipo (tanto técnico como artístico). Por eso son tan importantes: nos hace entender de un vistazo porqué algo no ha salido como esperábamos, y eso es esencial para no repetir errores.

Y además de todo esto, quizá también tengamos que completar las “Time Sheets” del equipo de dirección (¡ay qué alegría, eso es que tú también cobras horas extra!). Y si estuviéramos trabajando con actores americanos sindicados, también nos encargaríamos de los partes del SAG-AFTRA. Pero de esos dos documentos os hablaré otro día, que por hoy ya tenemos suficientes juguetes.

¡A disfrutar del rodaje!

03 mayo 2016

A RODAR SE APRENDE RODANDO.

El último año de mi vida ha sido un maravilloso no parar, lleno de experiencias de las que he aprendido muchísimo y que me han dejado mil aventuras que compartir con vosotros. Y también he recibido varios correos vuestros, unos cuantos con una pregunta recurrente: ¿qué debería hacer para dedicarme al audiovisual?

Lo cierto es que en este gremio en particular, no existe una fórmula fija. Ni es imprescindible opositar, ni hay un sindicato a la americana, ni ninguna carrera te garantiza que realmente vayas a vivir de esto. Así que es normal que en algún momento te hayan surgido dudas sobre cuál será el mejor camino para dedicarse al audiovisual, porque vías hay muchas, y muy variopintas.

Pues bien, empecemos por una de las poquísimas verdades absolutas en las que creo: a rodar sólo se aprende rodando. Y esto es así, aquí, en Hollywood y en Tombuctú. Rodar, rodar y rodar. Que está genial que estudies, que leas, que te formes… pero rueda, rueda todo lo que puedas. Y dirás, ya, cachonda, ¿pero cómo empiezo? Pues principalmente tienes tres opciones, que no son para nada excluyentes entre sí:
  • La más directa. Apuntarse a trabajar gratis en proyectos pequeñitos para ir aprendiendo a base de hacerlo, y crecer poco a poco. Si no conoces a nadie, hay miles de webs y derivados que te pueden ayudar a encontrar ofertas. Antes estaba CinemaVip y otras webs, y ahora existen principalmente grupos de Facebook y páginas como QuienTV. Te dejo links por aquí.

Y sí, lo sé, he entrado en el fango. Trabajar gratis. ¿Pero por qué? Porque nadie te va a pagar por hacer un trabajo que en realidad, todavía no sabes hacer. Y aunque pueda resultar muy frustrante, el proceso es lógico (y temporal). Un grupo de personas con ilusión se juntan para llevar a cabo un proyecto audiovisual, y poco a poco, van creciendo juntos. A medida que creces, te llevas de la mano a quienes empezaron contigo, porque crees en ellos, y sabes que ellos creyeron en ti desde el principio. Y así la vida: uno empieza a vivir de ello y progresivamente, el resto.

Muchos de los que salimos en esta foto, que tiene AÑOS, seguimos trabajando juntos habitualmente.

También hay que entender que este es un mundo muy jerarquizado y muy competitivo, basado en el trabajo en equipo. Tú sólo no haces nada, pero con un buen equipo puedes ser imparable. Y siempre eres sustituible. Así que tienes que dar el callo cada día para demostrar que tú te mereces estar ahí, luchar por ello, creer en ti. Y comer mierda, mucha, para algún día empezar a recoger las semillas de lo que has sembrado. A veces llega muy pronto, a veces llega después, pero si realmente lo quieres, siempre llega. Piensa que cada vez que entras en un proyecto, hay muchas personas viéndote trabajar en él. Y con que una sola de esas personas te llame para el siguiente, otras tantas te verán trabajar en ese. Y tú a todos ellos. Así se crea la cadena.

Ahora bien, no seas idiota. Una cosa es que trabajes gratis porque estás aprendiendo con ello, y otra que te infravalores a ti mismo aceptando la esclavitud. Ni tanto ni tan calvo.

Y del mismo modo: si te encuentras con un proyecto precioso (o de tu mejor amigo), que con sueldos no sea realizable… allá tú con tu conciencia. Si te lo puedes permitir y crees en ello, no dejes que el dinero apague tu arte. Pero siempre, sé consecuente con tus decisiones.
  • La clásica: estudiar. La carrera, un módulo, o meterte en una escuela de cine. Esto sirve para dos cosas. La primera y más importante es conocer a personas con tus inquietudes y con ganas de hacer cosas. Y la segunda es poder entrar en el mundillo a base de prácticas en empresa. Lo que estudies en sí, te servirá para más de lo que puedas creer en el momento, pero no te va a convertir en un buen profesional, eso lo hará el día a día. 

Aquí corres el riesgo de entrar en bucle del becario eterno, pero si eres bueno, podrás destacar y quedarte. Eso sí, cúrratelo por favor. Entrar de meritorio suele ser una oportunidad del carajo porque como poco, habrás podido vivirte un rodaje de los gordos sin tener demasiada responsabilidad. Así que abre bien los ojos y los oídos, y disfruta del viaje, procurando que no sea a ti a quien tengan que llamar la atención.

Por si te planteas esta opción, aquí te recomiendo escuelas y derivados.
  • El enchufe. Que conozcas a alguien importante que te meta en ello y de ahí, para delante. Ahora bien: los enchufes abren puertas, pero no las mantienen abiertas. Si al final eres un paquete, casi siempre da igual cómo te apellides. Digo casi siempre porque también hay casos de personas que llevan años en la industria, pero siempre les llama sólo esa persona que les metió por primera vez. ¿Años trabajando y sólo te llama uno? Es como para plantearse cosas. Así que si tienes la pedazo de suerte de poder entrar por esta vía, demuestra cuanto antes que te mereces la oportunidad y no des nada por sentado.

En cualquier caso, es cierto que este mundo se basa en contactos: casi nadie te recomienda si no te ha visto trabajar. Yo me incluyo, ¿eh? Es una faena, pero es así. No te llamaría para trabajar si no te he visto hacerlo antes, o alguien de mi confianza te ha visto hacerlo. ¿Porqué? Porque me la juego. Si te meto yo, quiere decir que yo respondo por ti. Y si tú la lías, yo la cago. Ojo que esto funciona igual en ambos sentidos, cuando soy yo quien entra en un proyecto recomendada por otra persona. Sé que va a tener que responder por mi, así que en mi mano está que se lo agradezcan, o que le canten las cuarenta.

A Mario y Carlos les conocí en rodaje, y me los llevaría al fin del mundo.
Y sí, también surgen proyectos sin conocer a nadie. Te enteras de la oferta, envías el currículum y suena la flauta. Pero estoy casi segura de que cuando reciben mi CV, le dan un toque algún conocido suyo que haya trabajado conmigo para preguntar un “¿qué tal Eva?”. Porque al final el mundo es muy pequeño y nunca sabes quién será tu próximo jefe, así que intenta no acabar de malas con nadie, que la vida da muchas vueltas. Y nuestros proyectos son breves e intensos, pero divertidos. Muy divertidos.


Y dicho todo esto… ¿sabes ya qué vas a rodar esta semana?

05 marzo 2015

Menudo invento la riñonera (qué llevar).

Últimamente me preguntan muy a menudo qué llevo encima cuando estamos rodando. La verdad es que mi riñonera es un poco bolso de Mary Poppins, y su volumen y contenido ha ido variando con los años.  Por eso hoy he decidido abrir sus cremalleras ante vosotros para explicaros el qué y el porqué de cada cosa.

Cuando salgo de casa hacia rodaje llevo (además de ropa cómoda, calzado adecuado y demás), dos cosas: una riñonera y una carpeta. En la carpeta llevo los papeles que apenas necesito consultar pero que conviene tener a mano, y en la riñonera todo lo que me puede hacer falta a lo largo de la jornada. Y casi tan importante como el contenido es el continente:
  • En la carpeta pone bien grandote y con rotulador permanente: AYTE. DIRECCIÓN. Y más pequeñito, debajo: Eva Ferradas, y mi número de teléfono. Normalmente la suelto en un punto más o menos fijo del rodaje y sólo me acerco a ella un par de veces al día, no la paseo demasiado porque es importante tener las manos libres. Y pone eso para que cuando alguien la encuentre sepa que es mía y si, por lo que fuera, se me olvidara en algún sitio, puedan llamarme para recuperarla (sí, tengo mucha fe en la humanidad). Aquí llevo toda la documentación que no esté en la riñonera (guiones, separatas, planes completos, contactos de equipo, ficha artística, desgloses, etc.)
  • Mi riñonera no la suelto jamás. Es como la bolsa de los canguros, forma  parte de mi cuerpo. Y también ha evolucionado con el tiempo: al principio llevaba un bolso convencional, luego la azul que veis a la izquierda, y ahora la negra de la derecha.

Es curioso porque en las tiendas de cacharritos para los que nos dedicamos a esto venden muchas, pero casi siempre están pensadas para los departamentos de fotografía, cámara o maquillaje. Tienen un montón de compartimentos súper específicos que a ellos les vienen genial pero a mí, no. Por eso mi recomendación para los que somos de dirección es pillarse una en una tienda de deportes de “supervivencia” o más concretamente, de airsoft. Cabe mucho más de lo que aparenta y sus subdivisiones son practiquísimas. Y ahora sí, vamos a lo que hay dentro.

En el compartimento principal llevo:

PAPELES: 

Los llevo doblados individualmente y por la mitad
dos veces, para que queden en tamaño A6. 

Normalmente (que no en la foto) son todos estos:
  • La Orden de Rodaje.
  • El planteamiento interno. Plano a plano, con horas, anotaciones, traslados, descansos, CTA de actores y demás de esa jornada.
  • El plan de rodaje “simplificado”. Esto es, un documento de Excel en el que tengo toda la información del plan de un solo vistazo. Qué secuencias se ruedan cada día, dónde, y qué actores intervienen. Es muy útil si te sabes todo de memoria (que es lo suyo), y con decirte “la secuencia 37” tú sepas cuál es. Pero la realidad es que tenemos un millón de cosas en la cabeza y aunque yo personalmente tengo muy buena memoria, a veces me columpio. Por eso llevo también…
  • La página del plan de rodaje en stripboard correspondiente a la semana en la que estamos  (el resto de hojas las tengo en la carpeta por si necesito consultar algo). Aquí sí que tengo mucha más información de sinopsis, raccord y demás, que conviene tener a mano.
  • Si lo hubiera, también llevo el guión técnico y/o el storyboard de lo que rodamos en esa jornada.
Estos papeles son del videoclip de Rayden "Tú mismo",
y reconozco que me lo pasé como una enana en el rodaje.

OTRAS COSAS útiles que van en los bolsillos internos del compartimento principal:
  • Medicinas. Casi nunca son para mí, pero cuando alguien las necesita es mucho más rápido sacarlo de la riñonera que ponerse a buscar el botiquín. Suelo llevar Ibuprofeno, Paracetamol, Espidifén, Aero-Red, caramelos para la tos, tiritas y otras menos comunes, como son:
o   Fortasec: puede sonar un poco loco, pero después de tener que parar el rodaje constantemente porque alguien del equipo sale corriendo al baño cada tres minutos, os acostumbraréis a tenerlo a mano (y os sentiréis salvadores del mundo).
o   Cetirizina: es el único antihistamínico que conozco que no convierte a la gente en zombies somnolientos. Esto es especialmente importante para rodajes primaverales, en zonas tropicales o en sitios campestres.
o   Anginovag: es un aerosol de gusto bastante desagradable, que se aplica directamente sobre la garganta. Es para infecciones variadas de esa zona, y una maravilla contra la afonía que acabamos padeciendo con el paso de las jornadas (y los cambios de temperatura). También viene muy bien para actores.

Ojo, en cualquier caso aclaro: cuidadito con la automedicación y responsabilidad ante todo. Los Ibuprofenos no son pipas y el Anginovag no es precisamente suave.

  • Vaselina/cacao y pañuelos desechables. Especialmente en exteriores, que a todo el mundo se le acaba cayendo la vela al final de la jornada (y no sabes qué baños te vas a encontrar).
  • Cargador de móvil o batería externa, mis llaves, pen drive, cascos y mini grapadora (para Órdenes, Rutas, Mapas y demás).

En el bolsillo frontal, llevo:
  • El DNI, el abono transportes, el carné de conducir, la tarjeta sanitaria, la del banco, y un poco de dinero en efectivo por lo que pueda surgir. Todo cerrado con cremallera.
  • El tabaco, mechero y el móvil.

En bolsillo lateral, llevo:
  •  Bolígrafos. Un par o tres, porque sé que alguno desaparecerá en algún momento del día y tardaré una semana en recuperarlo.
  •  Subrayadores de distintos colores. Esto ya es psicopatía personal: tengo una memoria muy visual. Para mí los colorines significan cosas, así que cuando me acuerdo de algo visualizo la página en mi cabeza y en función de los colores sé de qué me estoy olvidando. Y queda más bonito todo, qué demonios.

Y colgando del cinturón, además del walkie que me pongo nada más llegar (y una batería extra), llevo mosquetones con:
  • Las gafas de sol en su funda.
  • Este mosquetón-inventazo. Me lo trajeron los Reyes Magos este año, y madre mía lo feliz que se puede ser con tan poco. Se acabó el no saber dónde meter la dichosa botella de agua y que se te caiga en cada carrerita. Vale para botellas de cualquier medida, y es una maravilla, en serio. Mi equipo suele llevar alguna extra y son la eficiencia personificada cuando un actor pide agua. Lo podéis encontrar en Cinetools.

Pues ya está. Aunque parezca mentira cabe todo, y a mí personalmente me resulta muy útil. Ahora bien, hay ayudantes maravillosos que no llevan absolutamente nada encima, y otros que van con un macuto como para pasar el fin de semana, así que a gusto del consumidor.

Y vosotros, ¿echáis en falta algo? ¿Os sobra todo? ¡Compartir es vivir!

03 enero 2015

ESTILISMOS: qué saber sobre vestuario (y un poco de maquillaje y peluquería)

¡Feliz año nuevo equipazo! Sé que hace mucho que no publico pero prometo que no ha sido por falta de ganas, sino de tiempo. El 2014 acabó muy intenso y el 2015 tiene una pinta frenética (¡BIEEEN!), así que cada vez tengo más y más cosas que contaros. Iré poco a poco, pero el trayecto será movidito. ¿Preparados? Pues empecemos el año con una promesa de hace tiempo: qué tenemos que saber sobre lo que engloba el estilismo.

Hace unos días vi un vídeo en YouTube de la serie de Academy Originals (canal que os recomiendo mucho seguir si habláis inglés, por cierto), en el que Mark Bridges decía que los actores trabajan muchísimo en crear el interior del personaje, y lo que hacía él era darles una carcasa. Es tal cual. La apariencia física de los personajes nos da muchísima información sobre cómo son, nos muestra lo que no se dice, pero refleja una barbaridad sobre quién tenemos delante. Por eso es fundamental el trabajo de estos equipos, y nosotros somos los encargados de coordinarles con el resto de departamentos.

Yo normalmente hago el desglose de guión incluyendo vestuario, maquillaje y peluquería. Teniendo en cuenta los días narrativos, marco cambios de estilismo numerando y especificando o bien lo que pone en el guión, o bien el contexto. Por ejemplo, en vestuario:

3N (vaqueros y camiseta de Nirvana) 
Éste es el tercer cambio de Nuria. Es decir, el tercer modelito con el que aparecerá en pantalla cuando la peli esté montada, NO el tercer traje que le van a poner en rodaje. Y si lo especifico tanto es porque lo pone tal cual en el guión, pero puede que más adelante cambie.

5N (fiesta elegante) 
Éste es el quinto cambio de Nuria. Y no sé cómo va vestida, pero apunto el contexto para tener claro que en vaqueros, no será.

Con peluquería y maquillaje apunto sólo las cosas muy específicas, como que ponga en el guión “se suelta el pelo” o “empieza a llorar”. También incluiría cosas como  “brecha en la sien izquierda”, pero de la separación entre maquillaje y caracterización (FX), y lo que implica,  os hablo otro día, que da para un post entero.

"Prótesis para cortar cuello, aparataje bombeo de sangre" son cosas que en el desglose
pongo en FX, no en maquillaje. Y en esto que veis del rodaje de Vampyres me lo pasé
como una enana. En la foto: Colin Arthur, Anthony Rotsa, servidora y Sarah Pullin.

El siguiente paso para mí es contrastar esos desgloses con los de cada departamento. Lo normal es que ellos se hagan el suyo propio también y al ponerlos en común, haya que cambiar cosas en el nuestro. ¿Para qué? Para que cuando en la Orden de Rodaje ponga “Nuria 3N”, todos tengamos claro que va con vaqueros y una camiseta que al final es de los Rolling en vez de de Nirvana. Sobre todo por el mundo raccord, porque lo normal es que rodemos en distintas jornadas pequeñas partes de ese tercer día narrativo, y Nuria tendrá que repetir el mismo vestuario, peluquería y maquillaje en todas ellas.

Para todo ello, lo ideal, lo que DEBE hacerse, es pruebas de todo antes de rodarlo. De esa forma, cuando en la Orden ponga Nuria 3N, pasará lo siguiente:
  • Vestuario tendrá una percha preparada con el modelito completo, sabiendo que son las tallas de la actriz, y una etiqueta que ponga que ese es el cambio 3N. Y a veces también ponen las secuencias en las que aparece.
  • Maquillaje y peluquería sabrán cómo va peinada y maquillada en todas las secuencias en las que lleve ese cambio y si tiene algún cambio dentro de ellas (pelo suelto o recogido, rímel corrido o en su sitio, etc.)

¿Y yo qué sabré? Cuánto tiempo van a tardar en tener lista a Nuria, no sólo con ese cambio, sino con todos los que tenga en la película. Vale, no todos, a veces no es tan exhaustivo todo, pero lo bonito es que lo sea (lo bonito para psicopatitas como nosotros). Al hacer las pruebas, esos departamentos pueden comprobar cuánto tardan en prepararla, y comunicármelo. Y yo haré las citaciones en base a lo que me han dicho. Y al criterio personal y la experiencia previa, porque los hay que siempre se quedan cortos en el cálculo y los hay que te piden mucho más del humanamente lógico. Así que sentido común (y mucha mano izquierda al presionar, que todos tenemos corazoncito).

Esta soy yo hace muy poquito, actualizando la Orden de Rodaje en base
a cambios de última hora en estilismo (y tiempos realistas). Foto: Jorge Puente ©
Ahora bien, en ocasiones no se hacen pruebas, y a veces aún así todo sale bien porque se alinean los planetas, pero otras veces... la liamos parda. Por ejemplo, yo trabajé en una serie este año en la que no se pudieron hacer pruebas de maquillaje y peluquería, aunque sí de vestuario. Planifiqué en base a mi criterio y por condicionantes variados, había varias jornadas en las que rodábamos secuencias de distintos capítulos. ¿Y cuál es el problema? Que como yo no lo pregunté directamente, nadie me dijo que habían decidido que en cada capítulo la protagonista llevaba el pelo de una manera, marcando los cambios de look como rasgo del personaje. Uno rizado, otro liso, otro recogido y rizado, otro liso con tupé. Y sobre todo: que nadie le comunicó a peluquería que la muchacha tenía el pelo teñidísimo una vez encima de otra y no había quien lo domara. Y aquí tenemos de nuevo el problema de dar las cosas por hecho. ¿Porqué qué pasó? Que tuvimos que esperar por peluquería constantemente, que el raccord canta La Traviata porque eso no se quedaba igual jamás y que la pobre actriz salió de allí con el pelo aún más destrozado de lo que lo traía. Caos, horror. La pesadilla del ayudante.

En cualquier caso, en el momento del rodaje siempre conviene tener a un compinche atento a tiempos que necesita cada uno, y a otras variedades. Por ejemplo, y con esto hay que dar mucho el coñazo para evitar disgustos:
  • JAMÁS se come con la ropa del personaje. Que no, copón. Si no se pueden cambiar porque se pierde mucho tiempo, siempre hay que tener a mano un albornoz o un algo que cubra el vestuario. Porque, ¿no os pasa a vosotros que el día que vais de guapos, estrenando camisa o vestido, zas lamparón de tomate que no sale hasta el quinto lavado? Pues con el vestuario pasa lo mismo. Que nadie se mancha aposta y que todo el mundo sabe comer como las personas, pero en esta profesión Murphy nos adora.

  • JAMÁS se cambia de look a un actor sin que dirección haya dicho que puede hacerlo. Y cuando digo dirección me refiero al primero de dirección. Sólo el primero puede decir si un actor está liberado porque es el único que lo sabe a ciencia cierta. A mí me ha pasado un par de veces últimamente, que el propio director le diga a un actor que ha acabado su jornada porque está con mil cosas en la cabeza y no se acuerda de que le falta un plano. Confirmad siempre, por el bien de la humanidad.
  • SIEMPRE preguntad, si estáis en dirección, si un actor está listo. Y si estáis en alguno de los departamentos de estilismo, avisad cuando esté listo por vosotros. Y listo significa listo, no digáis que está si le faltan los zapatos o hay que hacerle los labios. Que a todos nos encanta el buen rollo en set pero puf qué sopor y qué caras feas cuando estamos para rodar y sin saberlo, hay que mandarlo de vuelta a vestuario. 
  • Atención al raccord, las marcas visibles, el moiré y el aliasing. Lo normal es que el equipo de vestuario esté muy atento a qué materiales utilizan y no haya tragedias griegas, pero si ves algo raro, dilo (y contrasta con el equipo de foto). Dilo con tacto y delicadeza, pero dilo. A mí me pasó que rodando en exteriores nos encontramos con que los pantalones del actor hacían moiré y su cambio más cercano estaba lejos. Así que le calzamos los vaqueros del steady y tiramos, pero esas cutreces es mejor evitarlas porque un stedy currando con unos pantalones de showroom es un cuadro dantesco e incómodo. Y hablando de showrooms, también chequear mil veces que esa prenda no tenga que volver a jugar antes de devolverla, que suena tonto pero ay qué de anédotas. Esperad con ansia el glorioso momento en el que se diga “este cambio, ha muerto”.

Os seguiría contando cosas pero esto ya es demasiado largo, así que lo dicho, os hablaré con más detenimiento de maquillaje y peluquería (y caracterización… ¡sangre, pus, bichos feos!) en otro momento. Hasta entonces estoy a vuestra disposición en la sección de comentarios, y que el 2015 nos llene a todos de proyectos bonitos y remunerados hasta el absurdo, ¡a por ello!

22 octubre 2014

Anécdotas traumáticas que me sirvieron de Máster 1: Los inicios.

He decidido empezar una nueva sección de entradas en las recopilaré sólo anédotas de rodaje. Pero anédotas de esas que me hicieron pasarlo mal, y a la larga se convirtieron grandes lecciones. Y como con todo, empezaré por el principio: cagadas de mis primeros rodajes, hasta llegar a las actuales. Algunas serán cagadas mías, y otras serán cagadas ajenas que me afectaron, pero todas me habrán servido para aprender algo nuevo. ¿Os parece? Pues sin más preámbulos, aquí tenéis mi primera tanda de meteduras de pata (que espero que alguno de vosotros esté a tiempo de ahorrarse).

1. La "niñata de mierda"


El segundo proyecto de mi vida fue un cortometraje en el que yo estaba de script. Todavía estaba acabando el instituto, y recuerdo que llegué al rodaje pletórica perdida, intentando camuflar toda mi inexperiencia en ilusión, y ser durante un rato una esponja absorbe-conocimiento ajeno. No tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero las ganas no me las quitaba nadie.

Y así, empezamos la jornada rodando un interior noche en un piso de Madrid. A las diez de la mañana. El set estaba en penumbra, con persianas a medio bajar por las que se colaba la luz exterior. Y yo estaba contenta pero histérica, así que me senté en el monitor a comprobar como una psicópata cada detalle, aunque todavía no hubiéramos empezado a rodar. De pronto, un tío con cara de simpático se sentó a mi lado. La cosa fue así:

DESCONOCIDO 1
(con una sonrisa de oreja a oreja)
 Bueno qué, ¿qué te parece la iluminación?
-
EVA ADOLESCENTE
(se lo piensa un instante)
    Mmmm… es bonita. Pero… se nota mucho 
que fuera es de día, ¿no?

DESCONOCIDO 1
(deja de sonreir y respira hondo)
Se llama noche americana y es
un recurso muy utilizado.

Después, se levantó y se fue. Acto seguido empecé a escuchar gritos en la cocina: “¡Estoy hasta los mismísimos cojones de que me traigáis niñatos de mierda a los rodajes! ¿Pero de dónde sacáis a esta gente? ¿Quién cojones se cree que es la gilipollas esta para meterse en algo de lo que no entiende? (…)”. La cosa siguió así un rato y yo me quise morir. Como habréis deducido, el tipo además de no ser nada simpático, era el Director de Fotografía. Y yo una niñata sin experiencia que acababa de opinar sobre su trabajo.

Vale, opiné porque él me lo pidió. Pero normalmente la gente que está trabajando en un rodaje sabe lo que está haciendo, y a nadie le gusta que personas que no tienen ni idea del tema vengan a decirnos cómo hacer nuestro trabajo. Que yo sigo pensando que el tipo no debió preguntarme algo así. Pero mi comentario fue desacertado, y aunque en el momento lo pasara mal, aprendí una valiosísima lección para el resto de mi vida: no te metas en el trabajo ajeno. Nunca. Somos un equipo, sí, pero salvo casos en los que haya mucha confianza… deja a cada loco con su tema. Casi siempre es lo mejor para todos.


2. La comodona


Más adelante, en uno de los primeros rodajes estando ya de ayudante de dirección, yo, flipada de mí, tuve la ilusoria sensación de que todo estaba bajo control. Estaba esperando a que los actores estuvieran listos y a la vez estaban acabando de iluminar, así que aprovechando la modorra de después de comer, decidí sentarme bastante repanchingada a esperar a que alguien me dijera que estaban listos.

Unos siete minutos después, se me acercó el jefe de producción y espetó un: "Te voy a decir algo que quiero que se te grabe a fuego para el resto de tu vida: un ayudante sentado es un ayudante acabado. Mañana no hace falta que vuelvas". Yo me levanté como un resorte, le pedí disculpas y le dije que tampoco se pusiera así, que no volvería a pasar. Y él me dijo que la única forma de que aprendiera de verdad la responsabilidad que supone ser ayudante de dirección era con consecuencias reales.

Efectivamente, al día siguiente no volví y no me he vuelto a sentar en un rodaje. De hecho, cada vez que veo a alguien del equipode dirección o producción (y no están por encima de mí en la cadena de mando, seamos sinceros), me acerco a contarles la anécdota. Yo no he despedido a nadie por eso, pero sí se lo cuento para que también se lo apliquen, y de momento ha funcionado.

¿Pero eso quiere decir que no nos podemos sentar jamás? Nada más lejos. A veces hay que sentarse a revisar la Orden del día siguiente, o ponerse de doble de luces, o repasar el guión técnico con el director, o comer, sin más. Claro que nos sentamos, varias veces al día. Pero no para descansar o a pasar los ratos muertos, porque eso transmite desidia al resto del equipo, y que nosotros nos sentemos da implícitamente permiso al resto para hacer lo mismo. Es como lo de prohibir fumar en el set y echarte un cigarro tú. Mal, porque implícitamente autorizas al resto a hacerlo.

Si estás en dirección, procura que ese no seas tú (© Terry Hall.)

Supongo que a veces es necesario aprender a base de palos, pero cuando te pase... ¡ánimo, que la siguiente seguro que la clavas!

01 octubre 2014

Dinámicas de rodaje en PUBLICIDAD

El otro día hice un pequeño experimento en Facebook preguntando sobre qué queríais que tratara el siguiente post, y ganó el que ahora leéis, así que… ¡a por ello! Los rodajes publicitarios también tienen sus peculiaridades. Yo personalmente reconozco que me gustan mucho, y por varios motivos:

1.       Se cobra mejor. Bastante mejor que en todo lo demás, de hecho. Así que vienen muy bien para ahorrar y generar un colchón del que poder vivir un rato mientras haces ficción/otra cosa. Aunque ojo, lo habitual es cobrarlos a 60 o 90 días desde el fin de rodaje y que tengas que ser Freelance. Y por ende, que pagues autónomos, hagas tus facturitas y demás (ouch).
2.         Normalmente son proyectos breves pero intensos: te da tiempo a engancharte de ellos y disfrutarlos, pero se acaban justo cuando podrían empezar a aburrirte. Así que son perfectos para aquellos a los que, como a mí, os guste hacer cosas muy distintas en poco tiempo.
3.        El presupuesto es más alto, en general, por lo que es el rodaje ideal para probar ese cacharrito tan guay que te apetecía un montón pero no te podías permitir.  Y normalmente también tenemos reservas de espacio como Dios manda y ese tipo de cosas que en pelis sí, pero ay, qué poquitos cortos. 


Suso Sudón y Carmen Valverde, protas de la última publi
que he rodado, posando junto a la reserva de espacio.

4.        Conoces a gente muy, muy pro, de la que aprendes una barbaridad (aunque esto también tiene a veces el lado negativo de los egos y los dictadores en potencia). Los técnicos especializados en publicidad (que yo la hago, pero especializada no estoy), suelen ser personas más que curtidas en el oficio, que se saben todos los recovecos y que además trabajan con mucha frecuencia fuera de nuestras fronteras. Así que mi recomendación es que abráis mucho los oídos y los ojos, porque vais a poder aprender una burrada de grandes y tenéis muy poco tiempo para sacarle jugo al asunto (hasta que os volváis a encontrar, que esperemos que sea pronto).

¿Pero cómo funciona un rodaje publicitario? Antes de que el ayudante de dirección se incorpore ya han pasado unas cuantas cosas, que simplificándolas mucho, habitualmente se resumen en algo así:
  • El cliente/la marca se pone en contacto con una Agencia, y les proporciona todo tipo de información sobre el producto que pretenden vender. Características, especificaciones, valores de marca… y todo aquello que no debe faltar en el spot. A veces también se convoca una especie de concurso, en el que varias Agencias hacen una propuesta al cliente y éste elige la que más le guste para llevar a cabo la campaña.
  • La Agencia hace una propuesta creativa del spot. Aquí entra la figura del Copy, que a grandes rasgos, es la de la persona de la agencia encargada de verbalizar esa propuesta creativa. Digamos que la Agencia propone un “guión literario”, y cierta propuesta estética, que a menudo incluye un storyboard previo. Todo esto se plasma en un briefing, que la Agencia le pasa a una Productora para que acabe de darle forma.
  • La Productora encarga el spot al Realizador de su “plantilla”, al que considere más idóneo para la campaña. Y a veces, puede ser la propia Agencia quien pida a un realizador reputado en concreto, poniéndose en contacto con la productora para que intermedie.

A partir de aquí, empieza el proceso de pre-producción más convencionalplan de rodaje, scouting, casting, desgloses, y todo lo que ya os sabéis. Y a veces, cuando te incorporas al proyecto, te encuentras con que el equipo de produ ya ha hecho buena parte del curro que normalmente haces tú. Si os pasa, capacidad de adaptación que es la clave de la felicidad, y luego puesta en común: varias cabezas juntas piensan mejor que una sola.

La palabra que más vas a escuchar de aquí en adelante es PPM. Que no es una palabra, pero la vas a oír con más frecuencia que tu nombre. PPM son las siglas en inglés para “Pre Production Meeting”, o lo que es lo mismo, la reunión previa al rodaje en la que se juntan cliente, agencia, productora y realizador con una propuesta más que en firme y detallada de todo lo que se va a rodar: un power point muy bonito con todo detalladísimo, plano a plano. Estas presentaciones las hace la productora según lo acordado con agencia, y es muy importante que sean tan visuales como sea posible. ¿Porqué? Porque el cliente no es del gremio, y si a tus padres les cuesta entender qué carajo haces en tu trabajo, imagínate a estos.  Pues eso, visualidad.

Yo comprobando que todo cuadra con lo pactado,
en el corte para bocata (con Bruno Teixidor)
De esa bonita reunión, pueden salir todos victoriosos y pletóricos de cara al rodaje, o puede que la productora empiece a blasfemar según cruce la puerta y convoque a todo el mundo para que pasemos la noche en vela cambiando absolutamente todo.  Que lo segundo es menos frecuente, pero cuando pasa suele ser porque el cliente pide cosas incoherentes y es quien manda, así que nos echamos unas risas y le damos la vuelta a todo como campeones.

Y una vez aprobado todo lo dicho en la PPM… ¡a rodar! Algo llamativo como ayudante de dirección en publicidad es que, a diferencia de en otros formatos, en publi hay mucha gente por encima de ti (cuanto más grande sea la campaña, más todavía). Seguimos siendo los “jefes del set”, pero hay que confirmar cada decisión con un montón de gente.

En el set de rodaje, además de todo el equipo habitual, hay que sumar a representantes de la agencia (varios) y del cliente (a menudo), más el productor ejecutivo o el Producer a la vera de ambos, un poco de mediador. Todos ellos sentaditos en el combo y cada uno con sus cascos. Y así, cada vez que el director de una toma por buena, tienes que acercarte al combo para comprobar que todos ellos también están de acuerdo. Y si no fuera el caso, tenemos que repetir la toma. 

Yo en publicidad planifico siempre el rodaje dándole mucho más tiempo a cada plano del humanamente lógico. Que lo habitual es que el rodaje sea rápido y fluido (lo que hablábamos del equipo de cracks andantes), pero tengo que contar con que además de las repeticiones, la Agencia me va a pedir variaciones de una misma cosa. Tener una opción de que la actriz haga tal, en vez de cual. Y esos planos, aunque el director no los quiera, hay que hacerlos. Porque el montaje final es de la Agencia, no del director. Y en la Agencia tampoco son tontos, y las cosas las piden por algo, así que hacedles caso.

Dos cosas importantes que hago yo sabiendo todo esto:
  • En la cabecera de Orden de Rodaje, incluyo además del logo de la Productora, el de la Agencia. Debajo, los datos fiscales de la Productora, el nombre del Productor Ejecutivo y el Producer, y especifico la Agencia y el Cliente.
  • Los planos acordados con agencia y cliente cuando se da el OK conjunto en la PPM son los que forman parte del Shooting (dibujos en viñetas de los planos a realizar). ¿Quiere decir eso que son los únicos planos que vamos a rodar? No. Quiere decir que son los mandatorios, los que no podemos recortar por muy pillados de tiempo que vayamos, los que hay que hacer sí o sí. ¿Os acordáis de los planos que apuntaba yo como prioritarios al reunirme con el director?, pues esto es lo mismo, sólo que aquí la decisión no es sólo suya. Los planos extra que hagamos (que los haremos) son accesorios, y aunque puede que alguno sea tan chulo que en rodaje se decida conjuntamente que mola un montón y hay que hacerlo, siempre hay que priorizar el Shooting pactado.
Parte del Shooting de un spot que rodé con NEURADS este verano

A lo que me refería antes con lo de que “cuanto más grande sea la campaña, más gente por encima” es a que puede pasar, por ejemplo, que nosotros estemos rodando un spot en Madrid que en realidad forma parte de algo mucho más tocho que se está rodando en otras ciudades del mundo, con otros equipos. Y hay que mantener una coherencia entre esos fragmentos, así que en rodaje también habrá que estar pendiente de que por ejemplo, la iluminación de aquí cuadre con lo que nos han mandado de Nueva York. O lo que es lo mismo: hay un huevo de gente por encima de ti. Asúmelo y hazlo lo mejor que puedas, que seguro que es muy bien y la próxima vez te vuelven a llamar (y hasta te pagan más).

En definitiva: la diferencia principal en rodaje es que es tan importante la voz del realizador, como la del productor ejecutivo, como la de la Agencia, como la del cliente. Todo ello sin olvidar que también tenemos que coordinarnos con Producción como en cualquier otro rodaje, con el pequeño matiz de que aquí nos estamos gastando más dinero en menos tiempo.

Y sí, la publicidad es estresante, las jornadas son más largas de lo ético y a veces te conviertes más en psicólogo que en ayudante, mediando entre las ocurrencias del director y la agencia. Pero son rodajes taaaaaan chulos, te rodeas de profesionales tan maravillosos y aprendes tanto, que el subidón de adrenalina te va durar un par de días. Así que a disfrutarlo con moderación, que en mi al menos… ¡la publi crea adicción!