Encargarte de los walkies significa, básicamente, que te
responsabilices de que todo el mundo que
va a necesitar un walkie por la mañana, lo tenga. Normalmente se encargan
de repartirlos los auxiliares de dirección o de producción (porque son los
primeros en llegar), y el cómo se repartan varía en función del proyecto, pero
para que os hagáis una idea:
- En rodajes más largos, el primer día se pone el nombre de la persona (tan sencillo como pegar un trocito de cinta de cámara y escribirlo con rotulador). En series de televisión por ejemplo, lo normal es que el Primero y el Segundo de Dirección, el Jefe de Producción y tal, tengan su walkie con su cargador en su mesa de la oficina. Al resto, por la mañana, el auxiliar les reparte a cada uno el suyo (o lo cogen directamente del cargador múltiple, que se queda en alguna zona común). Esto es un poco como el truquillo que os decía de subrayar el nombre de a quién entregas la Orden de Rodaje: así sabes quién no ha cogido el suyo.
- En rodajes más cortos, lo que se apunta en el walkie es un número, y cada día el auxiliar hace una lista de a quién ha entregado cuál (porque va cambiando: hay gente nueva, gente que no vuelve, puede que haya pocos y tengan que ir cambiando durante la jornada, equis).
En cuanto a los pinganillos,
lo ideal es que cada uno se guarde el
suyo y se responsabilice de él, trayéndolo por las mañanas. Es una forma
cómoda de asegurar que no esparcimos nuestra cera de oídos por orejas ajenas,
que nunca es plato de buen gusto. Por eso cada uno se guarda su pinganillo, y le da el walkie al auxiliar, para que lo ponga a cargar. También es cierto
que a veces, los auxiliares se acercan al resto del equipo al final del día
para pedírselo directamente y así poder irse ellos (porque igual que no se pueden
ir hasta que todos los actores estén en sus coches, tampoco se irán si no han
puesto a cargar todos los walkies).
Los compinches más cracks, además de asegurarse de que todas
las baterías estén llenas y haya más cargando, suelen llevar encima una extra por si a alguien se le acaba la suya (o
dos, si nos estamos yendo a rodar a Mordor y el cargador está en La Comarca). Y
a veces lo que hacen es intercambiar su
walkie cargado por el de su jefe que ya está pitando, y se van a buscar
otro para ellos. ¿A que son adorables?
Por cierto sí, un
walkie sin batería pita. Tú estás hablando y de repente suena ‘pipipi’ y se
entrecorta tu mensaje, o la luz que era verde pasa a ser roja, o pasan cosas raras, depende del modelo. Esto
es una señal como muy evidente de que está muriendo, pero os lo cuento porque a
mí la primera vez que me pitó un walkie en el oído me costó un rato procesar qué
pretendía transmitirme aquel cacharro.
Y ahora que ya hemos hablado tanto del aparato en sí, vamos
a lo interesante: ¿para qué usarlo? Para facilitar vidas, mucho. Evita
carreras, teléfonos escacharrados, gritos… de todo. Es una maravilla, y crea bastante adicción, pero hay que usarlo con
cabeza.
Una de sus funciones principales es hacer saber al resto del equipo cuándo estamos rodando. Por eso, lo
suyo es que cuando estés en set digas el mítico: ‘Vale pues prevenidos…
Silencio por favor, vamos a rodar’ y en el ‘vamos a rodar’ pulses, para que por ejemplo, quienes estén fuera te
oigan, y tus auxiliares pidan silencio por allí. Después, yo a veces también
pulso en el momento de dar motor y sobre todo, sí o sí en el momento de dar la acción. Aquí es importante alejarse un poco el
micro para no dejar sordo a todo el mundo. Y, esto es fundamental, cuando el director de el corten, comunica en alto al resto del equipo y a su vez por el
walkie un ‘hemos cortado’, para que
la gente pueda seguir haciendo su trabajo.
En cuanto al resto de cosas para las que se usa, es
importante tener en cuenta que quienes llevamos walkie estamos acostumbrados a
oír a gente hablando en nuestro oído constantemente, muchas veces de cosas que
no nos afectan. ¿Y qué hacemos? Poner el
automático, seguir trabajando y tener eso ahí de mosca cojonera, hasta que
lo usemos para hablar nosotros, o hasta que oigamos nuestro nombre o cargo.
Y ahí tenemos otra de las claves principales de cómo usar
este inventazo: lo primero que tienes
que decir es para quién es tu mensaje (dejando un segundo de silencio o de
‘eh…’ antes, por si no has pulsado bien o algo). Esto es fundamental, porque
cuando escuchas un ‘Blablablablablabla, ¿EVA?’, es una putada. Ese ‘Eva’ no
puede ir al final, porque yo tenía puesto el automático, y hasta que no he
escuchado mi nombre no he prestado atención. Y por eso contesto con un ‘repite
por fa’, y el otro me lo tiene que repetir, volviendo a ocupar el canal. Mal.
En genérico, también se puede simplificar con un: ‘Eh… Producción, están
necesitando un coche en set’, porque no necesito a alguien en concreto, sino a
Producción.
Igual de importante que decir para quién es el mensaje, lo
es contestar a los mensajes que te hacen
llegar a ti. Casi siempre vale con un simple: ‘Oído’, ‘Recibido’, ‘Oki’, y
otras más surrealistas, pero di algo por el amor de Dios. A veces nos volvemos
locos pensando que no se han enterado porque se les ha acabado la batería, no
tienen walkie o lo que sea, y lo que han hecho simplemente ha sido pasar de
contestar. No cuesta tanto, va.
Ocurren a menudo además cosas como que estés hablando con un actor (por ejemplo) sobre lo que vamos a rodar a continuación, y de pronto te lancen un mensaje directo a ti por walkie. En ese momento tú dejas de atender al actor para escuchar el walkie, sí, pero está muy feo eso de mirar al infinito con cara de circunstancia, contestar con un 'Oído, gracias', volver a mirar al actor y añadir un 'Perdona, ¿qué decías?'. Eso es una falta de respeto para el actor y para cualquiera, así que procurad evitarlas. ¿Cómo? Tan sencillo como decir 'Un momentito' mientras levantas el dedo índice a quien tienes delante, para luego seguir con él. Cuanto más sistematices esa frase de disculpa, más rápido serás capaz de cambiar tu atención del mundo real al de las ondas.
Otra de las cosas frecuentes es que se generen conversaciones demasiado largas que ocupan el canal, o haya que hablar de
algo muy concreto con alguien, etc. Y para eso están también los canales.
Normalmente estamos casi todos en el 1, y los eléctricos y el DOP en otro (el
6, ponle). Por ejemplo, si yo estoy en el 1 y tengo que decir algo que no afecta al resto, digo: ‘Mario, al 2’ y me cambio al 2. Acto seguido, Mario se
cambia al 2 y dice ‘Eva, dime’. Y hablamos. Cuando nos hayamos puesto de
acuerdo, volvemos al 1. Importante: en un rodaje hay ratos muertos y cotilleos,
así que cuando le digas a alguien que se cambie al 2 asume que una parte del
equipo también lo hará, por curiosidad. El canal 2 no es un chat privado, así
que procura no criticar al resto ni pedir matrimonio a nadie. Al menos no si
quieres mantener el secreto. Y si en serio no tienes nada mejor que hacer,
cámbiate al de los eléctricos un rato, que eso SÍ que es una fiesta.
Por cierto, para los adictos al walkie que cuando se ven sin
él en rodaje sufren mucho: probad Zello! (para smartphones). Se puede usar con
cascos a modo de pinganillo y a veces te puede dar la vida.