15 octubre 2013

Tic, tac, tic, tac… (v.1)

El tiempo es el elemento principal por el que se rige el trabajo del ayudante de dirección. O mejor dicho, los tiempos: cuántos minutos necesitaremos para cada plano de cada día, cuánto cada cambio de iluminación, cuánto para cada ensayo, para cada retoque de maquillaje, para cada bocadillo en descanso, para cada todo. El equipo nos quiere o nos odia en función de cómo de bien se nos dé calcular esos tiempos, cuánta labia tengamos al transmitirlos y cuánto nos hayamos coordinado con Producción para cumplirlos. Y así en general, casi siempre nos odian.

Lo cierto es que existen un millón de fórmulas para planificar un rodaje y cada uno lo hace a su manera. Y además tenemos varios programas informáticos que lo facilitan bastante, pero confieso que yo siempre he sido muy de Word y Excel (sin faltar al Movie Magic). Lo único que está claro es que las cosas a tener en cuenta son tantas y tan variadas, que vamos a tener que abarcarlo poquito a poco. De momento os voy a explicar cómo lo hago yo, separándolo en tres fases:

  1. Qué me planteo cuando recibo el guión literario (que es de lo que vamos a hablar hoy).
  2. Qué tengo en cuenta cuando estamos más cerca del rodaje (cómo empiezo el plan de rodaje, ya con el guión técnico en la mano, Producción a mi lado y localizaciones en mente).
  3. Cómo me lanzo a por la orden de rodaje (ya preparados para el combate).
Pues bien, al recibir el guión literario tenemos varias pistas importantes para saber, aproximadamente, cuántas jornadas vamos a necesitar. La primera es evidente: cuántas páginas tiene el guión. Igual que se dice que una página de guión equivale a un minuto en pantalla, también se supone que el estándar de un rodaje tranquilo es hacer tres páginas por jornada. Y ambas normas son cuanto menos... relativas. Yo he rodado siete páginas del guión en media jornada (porque era una conversación eterna entre dos personajes sentados, con apenas seis planos y muy ensayada), y también he invertido un día entero en rodar menos de media página, porque el director se marcó un plano secuencia complicadísimo. Esto es pues, relativo, pero el número de páginas ayuda a orientarse en un primer momento, echándole imaginación aún a la espera del guión técnico.

El siguiente indicativo fundamental al hilo de esto es cuántas secuencias tenemos, y sobre todo, cómo son esas secuencias. Ojo a las descripciones del tipo "PEDRO estrella el coche contra una farola". Es una frase, pero nos espera una jornada divertida y bastante más larga que si fuera un "PEDRO se abraza a una farola". Además, (y esto también es maravilloso a la hora de desglosar) yo me he encontrado con muchos directores/guionistas que numeran las secuencias según las van a montar y no en función de cómo vamos a rodar eso. Es decir, que te cuentan como SEC.12 y SEC.14 una misma escena de una mujer en la cama con su amante, porque en montaje te van a intercalar como SEC.13 la del marido entrando en casa a punto de pillarles. A la hora de rodar, para nosotros la secuencia 12 y la 14 son la misma, así que yo tengo que planificar sólo dos secuencias (12+14 y 13).

Algo que sí nos dice mucho de cuánto tardaremos en rodar es el número de localizaciones. Yo personalmente lo que hago (y aconsejo hacer) al recibir el guión literario es coger papel y boli. Apunto cada localización, y al lado de ésta, las secuencias en las que aparece. El resultado es algo así:

  • CASA IRENE. 2, 7, 12, 13, 18, 21, 22, 30.
  • PARQUE. 1, 16, 17, 34.

Así de un simple vistazo sabremos qué secuencias vamos a rodar juntas, y será más fácil saber cuántas jornadas tendremos que hacer en cada sitio. 

Otra cosa que ya podemos tener en cuenta: qué proporción hay de diálogo y de acciones. La norma general es que tardemos más en rodar las secuencias en las que los actores tengan más texto, porque requieren más trabajo interpretativo, suele hacerse más tomas, el director interviene más para dirigir y es todo más lento. Ahora bien, como todas las normas están para saltárselas, me encuentro a menudo con secuencias de acción en las que me veo venir mil planos, y otras de diálogo en las que con un plano-contraplano lo hemos solucionado. Así que esa proporción también es una guía, pero conviene usar el sentido común.

Maravilloso el combo de Súper 8: niños, efectos especiales, exteriores noche
y figuración contante. Eso sí, los medios de Hollywood.

Al hilo de esto, también con el literario suelo empezar a tener en cuenta tres elementos: animales, niños y figuración. Y las complicaciones vienen casi que en ese orden de importancia. El tema de los animales, siempre lleva más tiempo si intervienen en la acción que si simplemente están ahí. Ahora mismo, por ejemplo, estoy en preproducción de un corto en el que un perro tiene que ladrar/agredir al protagonista. Todavía no tengo el guión técnico, pero ya sé que esa secuencia nos llevará más tiempo porque hasta que el perro reaccione como queremos, nos echaremos unas risas.

Y el tema de los niños... pues es que son niños. Son muy difíciles de dirigir, se cansan enseguida, hay que mantenerles entretenidos y casi siempre implican más tomas. Hitchcock decía lo que decía por algo.

En cuanto a la figuración, cuánto ralenticen vendrá por cuánto intervengan: cuando tengo un plano de una fiesta en la que hay gente cruzando todo el rato, lo planifico teniendo en cuenta que va a haber que invertir un rato coreografiarles, y lo mismo si alguno de ellos habla.

Y para acabar, diré que también podemos deducir desde el guión literario si serán necesarios efectos especiales. Tanto si son de rodaje (llueve) como si juegan en postproducción pero hay que poner un croma, marcar puntos de trackeo o lo que sea, implicarán más tiempo. En el corto del perro también los hay, pero cuánto tiempo necesitaré será algo que ya veré en el guión técnico.

En cualquier caso, la base más sólida con la que podemos contar para planificar un rodaje es nuestra experiencia previa: cuanto más rodemos, más veces habremos hecho cosas más o menos parecidas, así que sabremos cuánto tiempo conllevarán y en qué orden es mejor rodarlas. Un ayudante de dirección tiene que saber (más o menos) cómo es el trabajo de todos los demás para calcular cuánto les llevará hacerlo, así que si alguna vez me ves escuchar con atención una conversación entre eléctricos shhhh, que estoy aprendiendo.


1 comentario:

  1. Hola!
    Lo primero agradecerte este blog, no sé para el resto, pero para mi que estoy empezando tu blog me ha resuelto más de un duda, así que gracias.
    Tengo una duda, aquí hablas de contabilizar el número de localizaciones, hasta ahí bien, pero cómo contabilizas una secuencia que sucede en dos localizaciones diferentes. Ej: Pedro está hablando con María en el salón de algo que sucede en el jardín. Evidentemente vemos lo que está viendo Pedro y también vemos el salón en cuestión.
    21- INT. EXT. SALÓN - JARDÍN - DÍA
    He de contar dos localizaciones para una secuencia?!
    Muchas gracias! un saludo!

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