Como ya os comenté el
otro día, cada ayudante trabaja a su manera, aunque sigamos pautas comunes. Pues
bien, a raíz de esa afirmación, le estuve dando vueltas a cómo mostraros más
perspectivas, y he encontrado la solución: voy a hacer ‘entrevistas’ a otros
profesionales del medio, que o bien llevan más tiempo que yo en esto, o bien
han hecho cosas que yo todavía no, y nos pueden iluminar a todos.
Y así, he empezado
quedando para re-desayunar con mi amigo David Casas, que además de ser un tío
maravilloso es un profesional como la copa de un pino (y vaya tés más ricos
tiene en casa, oye). David me cuenta que su primer trabajo fue como auxiliar en
una peli de Carlos Suárez (Los Porretas, 1996), y se ríe recordando la caña que
le metía el primero de dirección. Todo el rato le decía que gritara mucho, y quiso
espabilarle encomendándole los walkies: “un
día por la mañana según llegué me dijo ‘¿dónde están los walkies?’ y los
eléctricos me los habían escondido. Estuve DOS horas buscando los walkies por
todas partes hasta que los encontré en el camión de eléctricos. Con lo cual aprendí…
latín. De eso y de trabajar con actores como Alfredo (Landa) o Miriam (Díaz-Aroca),
que me metieron mucha caña en rodaje, pero luego me llamaron para otra cosa.
Aprendí muchísimo”.
David Casas , ahora inseparable al walkie. |
Después de
eso, David hizo algún corto y luego empezó a trabajar en tele, pasando casi por todos
los departamentos porque se apuntaba básicamente a TODO para lo que le
llamaban. Así decidió que lo que más le gustaba era la ayudantía de dirección,
y volvió a centrarse en cine. Hablamos de que, aunque evidentemente depende de
cada proyecto, cuando él está de primero le gusta poder delegar en un segundo
de papeles (que se encarga de órdenes, figuración, etc.) y un segundo de rodaje
o un auxiliar, que está con él dándolo todo en set. Si el proyecto es más
sencillo, como un corto en el que las órdenes estén ya listas, el segundo está
con él en rodaje, aunque más centrado en actores y figuración, y en preparar lo
que viene después: “aparte siempre me
gusta tener a alguien en combo, al lado del director, para que me vaya
previniendo de todo lo que necesite y no tener al director moviéndose por todas
partes. Que me vaya contando qué opina el dire de foto, problemas que pueda
haber…”.
Además, hablamos de que
él, como a mí, cuando está de segundo o en otro puesto, le encanta fijarse
mucho en cómo trabaja el primero, para aprender de ellos y mejorar: “Hace poco fui a ver rodar a Antxon,
que es muy, muy bueno, y a todo su equipo –Guille, Pedro…–, que estaban con la
nueva de Dani, y es que es que son unos máquinas. Me encanta
verles currar porque es una maravilla: estás en el rodaje y no se oye una
mosca. Todo el mundo está contento, no hay un solo grito y todo fluye a una
velocidad increíble. Para mí son un claro ejemplo a seguir, son algo así como
el ideal de nuestro trabajo”.
Mientras endulzamos el té con un par de donuts, le cuento a David que mi intención al acabar la carrera y demás era
irme a Inglaterra, pero de momento aquí sigo. La verdad es que me siento muy segura en
rodaje y tengo buen nivel de inglés, pero rodar en inglés tiene que ser otro
rollo y… acojona un poco. Él apuntó más alto y con la misma idea que yo, se fue
nada más y nada menos que a Nueva York. Y efectivamente, al llegar estaba
acojonado: “evidentemente sabes rodar y sabes inglés, pero no controlas la
terminología. No sabía cómo pedir silencio, cómo decir que estábamos rodando,
tenía pánico a que me hablaran por el walkie… y sí, tienen un ‘lingo’ particular
pero tranquila porque lo pillas el primer día”. Y para los que como yo tengáis
esta preocupación, os dejo aquí un link a un ‘diccionario’ de cómo hablar por
walkie en un rodaje en inglés. Y aquí otro.Y en cualquier caso don't panic, porque se parece mucho y es bastante lógico.
De izq. a dcha.: David Casas, Esteban Crespo y José Luis Matas-Negrete con el Goya a Mejor Cortometraje (2013) por 'Aquel no era yo', en el que David fue 1er Ayudante de Dirección. |
David me cuenta que donde
más aprendió fue en un corto en Virginia. Le llamaron como primero pero sólo
llevaba dos semanas en EEUU así que se vio incapaz, y le cogieron de segundo
poniéndole como primero a un ruso altísimo al que odió profundamente porque le
metía muchísima caña, pero aprendío muchísimo y ahora son grandes amigos. Me cuenta que “a la hora de comer, por ejemplo, ellos tienen una cosa que se llama ‘last
man’, que es el último que va a comer. Cantan el ‘last man’ y a partir de ahí
empieza a contar el tiempo de comida, para que todo el mundo tenga el mismo
tiempo. Pues el tío me puso de ‘last man’ a mí, y cuando estaba acabando me
dice ‘tienes que cantar el five minutes warning’, que es un aviso de que en
cinco minutos estamos de vuelta. Y yo voy a cantarlo y de repente me doy cuenta
de que todo el mundo está trabajando. Y yo
‘oye que está todo el mundo trabajando’ y él ‘da igual, cántalo’. Y claro yo
pensaba: en España cuando tú dices que quedan cinco minutos todo el mundo está ‘hostia…
¿ya?...’ y allí no. La gente va, come, y se pone a currar, porque es a lo que
han venido. Son súper metódicos”.
Otra cosa muy curiosa de
EEUU, es que toda la figuración son actores profesionales, y están agrupados en
el departamento de actores. Por eso allí la figuración si te aguanta un primer
plano, y aquí (sin menospreciar), no suelen. David me cuenta además que a él le
llamó mucho la atención que allí tiene un departamento que es el de ‘Product
Desing’, que se parece al de arte de aquí pero engloba arte, vestuario,
maquillaje, peluquería… incluso para los cortos, cada detalle está medido, se
construyen decorados aunque el presupuesto sea mínimo y ese concepto de ‘cine-industria’
que aquí nos falta, se aplica a todas las producciones. De hecho a los cortos los llaman 'film' sin nada de short, y a los largos 'feature film'. Y ambos se cobra, siendo en los cortos lo normal entorno a 100 dólares por día (¡quién los pillara aquí!).
Siguiendo con el corto de
Virginia me cuenta que él “todos los días
intentaba acabar la orden pronto para irme al set, porque si no, no salía de
ahí. El primero me dijo que tenía que poner el hospital más cercano (esto
aquí también se hace), pero yo no tenía
ni idea de dónde estaría un hospital en Virginia, así que no lo puse. A los dos
días al jefe de sonido le picó un bicho que estuvo a punto de palmar, se lo
tenían que llevar echando leches, y me dice ‘¿dónde está el hospital?’ y yo me
quedé blanco. Me echaron la bronca pero la directora de producción, que era de
allí, lo solucionó. Y tuvimos que reestructurar los departamentos porque el
tipo estuvo ingresado dos días. Pero yo me lo aprendí y algo así jamás me volvería a pasar”.
Seguimos hablando de
órdenes y me cuenta algo muy curioso: “allí
las órdenes de rodaje tienen colores, y en la parte de atrás siempre viene la
hoja de equipo completa. Lo de los colores funciona así: si te dan la orden en un folio rosa, es que es la previa. Si es
un folio blanco es que está confirmada y es definitiva, pero si hubiera que
hacer algún cambio significativo te la dan en un folio azul. Así, si te dan
en un folio azul sabes que la blanca ya no vale para nada. Y además son folios un poco más grandes, porque se
hacen en Excel. Es indudable que el Movie Magic te quita mucho trabajo, pero a mi me está apeteciendo volver a usar las órdenes americanas de Excel, porque es que están mejor, son más completas".
Seguimos hablando de órdenes, me enseña ejemplos de las que utiliza él y hablamos de cómo maquetarlas, y de qué es necesario incluir en ellas. Pero de eso ya hablaremos cuando os cuente cómo preparar el rodaje. Hasta entonces, espero que os haya gustado conocer un poco más a David, porque para mí es un honor tenerle cerquita y poder seguir aprendiendo de (y con) él. ¡Hasta muy pronto!